Finalmente, después de algunas postergaciones, se llevó a cabo el jueves pasado, como estaba programada, la Asamblea de Aerolíneas Argentinas que debía tratar entre otros puntos el balance 2023, la gestión del directorio de entonces y la designación de Diego Colunga como miembro del directorio por la PPP de Austral, asiento que decide quien lo ocupa el Estado Nacional.
Haciendo un resumen, el balance fue aprobado, la gestión 2023 que encabezaba el camporista Pablo Ceriani desaprobada y la designación de Colunga como director pospuesta para la próxima asamblea (a la espera de que se expida la Oficina Anticorrupción), aunque según trascendió, el empresario no las tendría todas consigo ya que acumularía alguna resistencia, empezando por los gremios que – en la figura de Pablo Biró – le habrían planteado al Secretario de Transporte su rechazo a tal designación con la amenaza de que, si esto se concreta, habría medidas de fuerza.
Mientras tanto Colunga está en el Directorio, pero sin asumir.
Respecto a las pérdidas registradas en el Balance 2023, el accionista principal – el Estado, que tiene el 99,96% de las acciones, y el resto lo empleados – dijo haberlas cubierto, para no caer en un posible estado de liquidación por no cubrir su patrimonio neto negativo, mediante un remanente del presupuesto 2022, un aporte de 58 millones de pesos (unas 64 millones de dólares) en 2024, destinados íntegramente a cubrir un programa de retiros voluntarios, y mediante un fidecomiso, que se viene pagando, por 100 millones de dólares administrado por BICE Fideicomisos S.A, empresa del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Lo que no explicó Ceriani en ese momento, su gestor, es que quién compró el 50% fue el mismo Estado a través del Fondo de Garantías de Sustentabilidad de la ANSES.
Los memoriosos recuerdan, sin embargo, que ese año, según Ceriani – y Sergio Massa en campaña –, la empresa iba a dar una ganancia de U$S 32 millones, cosa que evidentemente no sucedió, sino, todo lo contrario. El resultado de ese año fue un rojo de 390 millones de dólares.
Durante la Asamblea de este jueves, el actual presidente de la compañía, Fabián Lombardo, dijo que el resultado 2024 será positivo – habrá que verlo – en 20,2 millones de dólares. De ser cierto, sería el primer resultado positivo de la empresa desde su re estatización en 2008, y desde su creación si se obvia un año que dio ganancias en época de los españoles, mediante el artilugio de venderle a la SEPI – cara, además- Austral cuando ya estaba bajo su administración.
Pese a que aún no se conocen públicamente los balances, el anunció sobre que en 2024 la empresa tuvo una ganancia operativa de alrededor de U$S 20,2 millones tuvo amplia repercusión en los medios – en muchos casos sin aclarar que eran ganancias operativas – y sin poner en duda los números pese a que se pasaría en un ejercicio de U$S 390 millones negativos (2023) a 20 positivos (2024).
Si bien no hay una respuesta oficial, desde la empresa defienden el resultado adelantado del balance 2024 afirmando que el mismo está certificado por KPMG (red global que presta servicios de auditoría, impuestos y consultoría) y que en la reducción de gastos hay que contabilizar un 30% menos en masa salarial (1.700 empleados menos desde septiembre) y una caída del 12% en el combustible de avión.
El comunicado emitido luego de la Asamblea – se transcribe completo a continuación – dice que la empresa tendrá en 2024 ganancias operativas y pone el foco en mejoras para la privatización:
“La asamblea de accionistas de Aerolíneas Argentinas aprobó el balance correspondiente al año 2023, confirmando una pérdida final de más de 220 millones de dólares para ese ejercicio. Esto ocurrió incluso cuando la empresa capturó más de 500 millones de dólares de ganancias financieras extraordinarias gracias a la brecha cambiaria, lo que le permitió reducir artificial y temporalmente su demanda de recursos del Tesoro. A raíz de estos resultados, los representantes de las acciones del Estado decidieron desaprobar la gestión del directorio responsable de esta pérdida, cuyos miembros fueron removidos en su totalidad cuando Fabián Lombardo asumió la conducción de la compañía”
“Durante los últimos 16 años, la empresa registró una pérdida operativa anual promedio de 400 millones de dólares a nivel EBIT (ganancias antes de intereses e impuestos). Este indicador, que es el principal semáforo al que se presta atención para evaluar la performance de una empresa en la industria aerocomercial, resultó en un rojo de 390 millones de dólares en 2023. Sin embargo, y de acuerdo a lo informado por Lombardo en su exposición ante la asamblea, en 2024 ese número resultará positivo por primera vez desde que la empresa está bajo control estatal. Con un superávit de 20,2 millones de dólares, la mejora en ese resultado se dio en la operación misma, es decir que, por primera vez desde su estatización en 2008, Aerolíneas Argentinas registró ingresos mayores a los costos requeridos para su operación”.
«Este logro estuvo acompañado por una reducción de la deuda consolidada en dólares de un 25% sin haber afectado el nivel de caja de la compañía, además, este año fue el de menor volumen de fondos devengados para gastos corrientes por el Tesoro Nacional a favor de la empresa desde su estatización», aseguró Lombardo durante su exposición. Y agregó que «de acuerdo a nuestras proyecciones, le informamos al Ministerio de Economía que durante 2025 no le pediremos plata al Tesoro, ya que toda la operación se sustentará con ingresos genuinos de la propia empresa. Esto colocará a Aerolíneas Argentinas como un activo de valor que permitirá a sus accionistas evaluar sin limitaciones todas las alternativas de futuro para la compañía».
“Estas mejoras se consolidaron gracias a una política agresiva de reducción de costos que incluyó la baja de más del 13% de su planta de personal, llevando el número de empleados al nivel más bajo en 14 años y logrando el menor promedio de empleados por avión en la historia de la compañía. En este proceso dejaron la empresa más de 1600 personas, y se eliminaron un total de 85 cargos jerárquicos, incluyendo 8 direcciones, 20 gerencias y otras 57 posiciones de diversas categorías. En esa línea, las negociaciones con los sindicatos que se dieron sobre el final del pasado año se condujeron con la premisa de aumentar la productividad de la flota y del personal de vuelo y tierra”.
«El trabajo de este año estuvo enfocado en acercar a la compañía a los estándares de la industria, y en mejorar su resultado para hacerla atractiva para una salida al mercado cuando las condiciones estén dadas», agregó Lombardo.