En los últimos días, American Airlines canceló una serie de vuelos hacia la Argentina, desde Miami y Nueva York. Aparentemente, se trata de una enorme coincidencia, pero lo cierto es que cerca de 1.000 argentinos quedaron varados en ambas ciudades de Estados Unidos. Como era inevitable, las cancelaciones generaron malestar entre los turistas afectados que denunciaron falta de claridad en las razones detrás de las operaciones suspendidas y desde la empresa afirmaron que la cancelación se debe a “una serie de circunstancias convergentes”.
En concreto, el vuelo AA907 de American Airlines que debía salir el viernes 2 de agosto, desde Florida, y tenía previsto aterrizar en el aeropuerto internacional de Ezeiza el sábado a las 8 fue cancelado y lo mismo pasó con el vuelo 953, que debería haber partido el sábado 3 desde Nueva York y aterrizado a las 9.50 del domingo en Buenos Aires.
De la misma manera, la compañía canceló los vuelos que parten desde la terminal de Ezeiza a Miami o Nueva York de este domingo: el AA900 que debía despegar a las 21 rumbo a Miami, el AA954 con destino a Nueva York y el AA908 también a Miami, y ninguno de estos tres servicios arribó a Buenos Aires.
Según la empresa, las causas hay que buscarlas en un problema técnico (dos vuelos a Buenos Aires en días sucesivos despegaron y tuvieron que regresar a Miami por problemas técnicos) y la meteorología por el avance de la tormenta tropical Debby por La Florida.
La salida de otras compañías hacía Buenos Aires generó que muchos damnificados se preguntaran por qué no lo hacía American, pensando que el problema era solo esquivar la tormenta, sin tener en cuenta que la misma afectaba al segundo hub de la compañía por lo que muchos aviones habían tenido que esperar en las escalas para poder llegar a la base de Miami.
Algunos medios insinuaron que además había problemas gremiales encubiertos, algo que la empresa desmintió expresamente a Aviación News.
También según la empresa, para este miércoles la situación estaría casi normalizada. Por lo menos en lo que a los vuelos programados para esa fecha. El problema, como suele ocurrir en estos casos, es como acomodar los pasajeros que no pudieron volar en su momento.
