Todo comenzó en abril pasado, cuando el gobierno holandés habló de reducir la cantidad de vuelos que operan en el aeropuerto de Schiphol, de los actuales 500 mil anuales a 460 mil, por cuestiones ambientales. La cuestión terminó en la Justicia, donde un tribunal de primera instancia consideró que no asistía el derecho, al gobierno holandés, para tomar una decisión así. Sin embargo, el ejecutivo apeló la medida y hace pocos días, un Tribunal de Apelación le dio la razón al gobierno, cambiando el fallo de primera instancia. “Estamos decepcionados por la decisión de anular una resolución judicial que consideraba que la regulación experimental del gobierno neerlandés para reducir la capacidad en Schiphol incumplía sus obligaciones en virtud del Enfoque Equilibrado (la consulta con las partes afectadas; el uso de reducciones de vuelo solo como último recurso; equilibrar las necesidades y preocupaciones de los residentes locales, el medio ambiente y la economía local para los beneficios económicos y sociales de la aviación)”, declaró IATA.
Boeing, por su parte, entregó 60 aviones de pasajeros en junio, recuperándose de sus problemas de producción, lo que eleva el total de entregas del primer semestre a 266 aeronaves y supone una mejora del 23% respecto a los seis primeros meses del año pasado.