Desde las propias entregas de aeronaves, hasta el traslado de piezas y aviones terminados de unas instalaciones a otras: los fabricantes también operan vuelos, que no son comerciales, es decir no participan viajeros de ellos. En ese contexto, la presión para lograr operaciones sostenibles ha llegado al punto que los propios fabricantes de aeronaves se planteen la necesidad de comprar combustible sostenible de aviación (Sustainable Air Fuels, SAF). Boeing anunció que dispuso la compra de 21,2 millones de litros (unos 5,6 millones de galones) de SAF producido por Neste para destinar a sus propias operaciones comerciales. Esto le permitirá cubrir sus necesidades hasta 2023. “Estamos demostrando nuestro compromiso de reducir nuestra huella de carbono y catalizar la industria del SAF”, indicó Sheila Remes, vicepresidenta de Sostenibilidad Medioambiental de Boeing. “Esta adquisición de SAF supone el 25% de las necesidades totales de combustible para aviones de Boeing del año pasado, incluyendo nuestros vuelos de producción, entrega, Boeing ecoDemonstrator y Dreamlifter, y nuestro objetivo es aumentar esa parte en los próximos años”, agregó Remes.
