Los problemas de la cadena de suministro han frenado el crecimiento de la producción de aviones este año, según ejecutivos de Airbus y Boeing.
En el caso del fabricante estadounidense, el martes de la semana pasada, el primer Boeing 787-9 aterrizó en su nueva base de operaciones en Frankfurt. Como se sabe, la entrega de la aeronave se había retrasado debido a problemas técnicos y a la prohibición de entrega que recién se levantó en agosto. Los defectos de fabricación habían detenido las entregas de los Dreamliner de fuselaje ancho durante gran parte de los últimos dos años.
Boeing también registró 26 pedidos netos de aviones nuevos el mes pasado, la mitad de ellos para aviones 737 Max. Sus pedidos netos del año se sitúan en 388 y las entregas en 277 aviones. Eso sigue a los 637 pedidos netos y las 380 entregas que informó su rival, Airbus.
Ambos fabricantes han dicho que las limitaciones de la cadena de suministro están limitando su capacidad para aumentar la producción a pesar del aumento de los viajes aéreos.
