“Es debido al maravilloso rasgo de resiliencia que conocemos de los sudafricanos, es que hemos podido llegar a este punto y ver a una SAA resurgiendo de las cenizas como una empresa solvente”, expresó John Lamola, presidente de la Junta de South African Airways (SAA). “Como aerolínea global, SAA ya no estará limitada por las complejidades de la gobernanza estatal y tendrá la agilidad competitiva de una empresa parcialmente privada”, agregó el ejecutivo. “Dejando a un lado la cuestión económica, también está el factor orgullo. Ver los colores de la cola de SAA en tarmacs internacionales no solo es positivo para Sudáfrica sino para el resto del continente”, insistió Lamola. “Hemos reducido nuestro complemento de personal considerablemente y ahora tenemos una flota de aviones eficiente y ajustada de ocho, de los treinta y dos anteriores. Muchas partes de la rehabilitación de SAA han sido difíciles y dolorosas en ocasiones, pero nuestro principio fundamental ha sido un sentido de responsabilidad hacia el contribuyente y una promesa de que no volveremos a donde antes estábamos”, concluyó Lamola. Hace pocas jornadas, SAA retomó vuelos uniendo Ciudad del Cabo con Accra, Kinshasa, Harare, Lusaka y Maputo. En junio pasado, el gobierno de Sudáfrica acordó la venta del 51% de las acciones de la aerolínea al grupo inversor Takatso Consortium, que derivó en una inyección de US$ 200 millones. Previamente, el gobierno había inyectado unos US$ 500 millones y logró reestructurar la deuda de SAA.
