Ambas compañías comunicaron conjuntamente la decisión de cancelar la operación de compra de la primera sobre la segunda. La operación había sido anunciada en junio de 2019 pero necesitaba el respaldo de diversas autoridades antimonopolio. “La adquisición estaba condicionada a la aprobación de varias autoridades reguladoras, incluida la Comisión Europea (CE). Para cumplir con esa condición clave, Air Canada ofreció y mejoró un paquete significativo de soluciones, que fue más allá de los esfuerzos comercialmente razonables requeridos de Air Canada bajo el Acuerdo de Arreglo y lo que ha sido aceptado tradicionalmente por la CE en casos anteriores de fusiones de aerolíneas”, explicó Air Canada en un comunicado. “Sin embargo, tras conversaciones recientes con la CE, se ha hecho evidente que la CE no aprobará la adquisición basándose en el paquete de medidas correctivas que se ofrece actualmente”, agrega el texto. “Después de una cuidadosa consideración, Air Canada ha llegado a la conclusión de que proporcionar soluciones onerosas adicionales, que aún pueden no obtener una aprobación de la CE, comprometería significativamente la capacidad de Air Canada para competir internacionalmente, impactando negativamente a los clientes, otras partes interesadas y las perspectivas futuras a medida que se recupera y reconstruye de impacto de la pandemia Covid-19. Especialmente en este entorno desafiante, es esencial que Air Canada se concentre en crear las condiciones óptimas para su recuperación total preservando y aprovechando todas sus fortalezas y activos clave, incluida su sólida cultura de empleados”, agrega el texto. Rescindir el acuerdo preliminar de compra, le representará a Air Canada el pago de CAD$ 12,5 millones. La operación podría haber alcanzado los CAD$ 200 millones.
