Podría decirse que el conflicto es entre la importancia de promocionar el destino frente al riesgo de contagio del Covid-19. Según reflejaron esta semana los medios de Bariloche, la fuerte polémica estalló en plena temporada a raíz de la cantidad de vuelos privados que llegan autorizados por la ANAC, mientras la aviación está limitada en todo el país a cuestione esenciales. El Intendente apoyó la llegada de personas cuyo trabajo es promocionar a Bariloche como destino turístico a quienes identificó como de influencers, pero también reclamo a través de una nota a la ANAC para que restringa los vuelos a cuestiones sanitarias y de gobierno.
El tema fue también parte de una conferencia conjunta entre el intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, y la gobernadora de Rio Negro, Arabela Carreras. Allí los mandatarios se refirieron a una situación que genera polémica y que, en un primer análisis, podría traer beneficios en materia de promoción turística. La demanda de vuelos privados creció durante la cuarentena y Bariloche es uno de los destinos preferidos durante este invierno, aún con todas las restricciones planteadas desde el gobierno.
La presencia de figuras mediáticas en la ciudad generó una fuerte polémica y llevó todas las miradas hacia el aeropuerto local. “A veces insistimos tanto con alguna persona que viene a Bariloche que nos olvidamos que el problema lo tenemos adentro”, comentó el intendente acerca de la llegada de personas desde distintos puntos del país y los riesgos de propagación de la COVID-19.
Gennuso insistió en que es la ANAC es la que otorga permisos de vuelo y que el propio municipio requirió que se limite los traslados. “Ahora, si la ANAC se lo otorga a alguien que le miente, no estamos en condiciones de hacer nada”, reveló. Sin embargo, garantizó que ante cada arribo personal de Salud les hace firmar una declaración jurada en el aeropuerto y luego proceder al seguimiento del cumplimiento del período de aislamiento. https://ladyx.ch
Además de los influencers se están dando casos de familias que se unen para contratar un vuelo privado, cuyo costo puede varias según la aeronave entre 7.000 y 15.000 dólares. El problema son el motivo del viaje y las autorizaciones. “Habrá gente que tiene contactos que nosotros no tenemos”, dijo el funcionario respecto a los permisos cedidos desde la órbita nacional.
