En las últimas semanas comenzó a rodar el rumor que Latam Argentina cancelaría sus vuelos entre Buenos Aires y Miami. Esto podría ocurrir en algún momento de 2020. No sería por una decisión propia sino por una imposición de la autoridad aeronáutica de Estados Unidos, que fijó un límite a la antigüedad de los aviones que aterrizan en sus aeropuertos. La misma afectaría a los B767 que opera la empresa argentina. ¿Qué podría hacer Latam Argentina para conservar su prácticamente único vuelo internacional de largo recorrido y aviones de fuselaje ancho? Una posibilidad, lógicamente, sería reemplazar sus B767 por equipos más nuevos -inclusive del mismo modelo- pero la actual situación del mercado argentino, deprimido y con tarifas e incentivos que afectan la rentabilidad de la ruta, no lo permiten. Más, si esos aviones solo vuelan 9 horas por día ya que al llegar al destino (Miami o Ezeiza) quedan estacionados hasta el regreso por la noche. El vuelo nocturno que demanda el mercado y ofrece la competencia. La otra alternativa es la figura del interchange (una especie de dry-lease, es decir el arrendamiento temporal de un avión sin tripulación donde el operador adjudicatario de la ruta toma el control de la aeronave y pone su propia tripulación), habitual en Europa y adoptada en la región por países como Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Brasil y Paraguay, entre otros, que permite volar con aviones matriculados en otro país siempre con tripulantes del país que opera la ruta. Por ejemplo, que un avión con matricula chilena (CC) vuele de Santiago a Miami con tripulantes de ese país, y que allí tome el avión una tripulación argentina (pilotos y auxiliares de cabina) para hacer el Miami- Buenos Aires. En Ezeiza, otra tripulación, que puede ser chilena, peruana o lo que sea, toma la máquina para hacer un vuelo para la compañía de ese país. Esto permitiría, obviamente, utilizar la aeronave 16 horas o más lo que justificaría la inversión en equipos más nuevos. En definitiva, que un avión -no importa dónde esté matriculado- pueda ser operado por distintas aerolíneas siempre que se respete la nacionalidad del operador (el adjudicatario de la ruta) y la tripulación. Para que este intercambio sea automático las autoridades de los países intervinientes deben firmar un acuerdo, llamado de doble vigilancia, donde se establece la responsabilidad, obligaciones de mantenimiento, facultades y control sobre las aeronaves de un país que vuele para un operador de otro país. Según algunos especialistas la modalidad interchange está vigente en 50 países -entre ellos 14 de América Latina- y está contemplado en las normativas de OACI y localmente en el Código Aeronáutico y las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (RAAC). Algunos gremios, especialmente los más grandes como APLA y APTA, no opinan lo mismo y ya expresaron su oposición. El problema es para los empleados de Latam Argentina, algunos afiliados a estos gremios, que perderían su material de trabajo. La pelota está ahora en el escritorio de la autoridad argentina -especialmente la ANAC- que debería firmar los acuerdos de reciprocidad.
LATAM ARGENTINA NECESITA ACTUALIZAR SUS B767 PARA MANTENER LA RUTA A MIAMI. LA MODALIDAD INTERCHANGE ES UNA POSIBILIDAD
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