La aerolínea estatal ecuatoriana comenzó a replantear sus operaciones buscando una optimización de sus ingresos y reducción de costos. En ese contexto, decidió que los vuelos hacia Nueva York y Fort Lauderdale que se operaban desde Quito, pasen a despegar desde Guayaquil. La razón es que el 75% de la demanda proviene de la zona vecina de la segunda ciudad ecuatoriana. A esto se suma que el cambio de aeropuerto colaborará en reducir los costos del uso de la terminal. También se debe considerar el inicio de operaciones de la low cost estadounidense Jetblue, que volará de Fort Lauderdale a Quito. En el contexto del ajuste, se eliminaron dos rutas nacionales y tres internacionales. Una de ellas fue Quito/San Pablo, que registraba una pérdida anual de US$ 10 millones. De hecho, las pérdidas acumuladas por TAME en los últimos dos años llegaron a los US$ 58 millones.
