LAS AEROLÍNEAS LATINOAMERICANAS RECLAMAN MAYOR TRANSPARENCIA E IMPUESTOS MAS EQUILIBRADOS

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(Miami, enviado especial) Para la IATA el crecimiento del tráfico aéreo en Latinoamérica y el Caribe podría alcanzar los 385 millones de pasajeros en los próximos diez años “si los gobiernos de la región abordan el problema de la congestión aérea, aplican una regulación más inteligente y adoptan estándares y mejores prácticas globales”. En 2014, el número de pasajeros en la región llegó a los 242 millones. “La aviación soporta 4,9 millones de empleos en Latinoamérica y el Caribe, y aporta 153.000 millones de dólares al PBI de la región. Es evidente el papel de la actividad en el desarrollo y el bienestar de la regional, pero Latinoamérica y el Caribe tiene un enorme potencial para maximizar los beneficios de la aviación”, señaló Peter Cerdá, vicepresidente regional para las Américas de la IATA, durante la 71ª Asamblea General Anual y la Cumbre Mundial del Transporte Aéreo. Para el directivo, la región podría incrementar su tráfico aéreo en más de un 50% en poco tiempo, si se eliminan una serie de barreras. Una de ellas es la falta de infraestructuras adecuadas, principalmente aeroportuarias, que limitan la capacidad del tráfico aéreo en la región. Sólo dos países, Panamá y Barbados, se encuentran entre los 35 primeros países del mundo por la calidad de sus infraestructuras aéreas. Otra preocupación es la necesidad de una regulación más inteligente en línea con los estándares globales. “Los gobiernos de la región -con la notable excepción de Panamá y Chile- tienden a ver las aerolíneas como proveedores de servicios de lujo y un blanco fácil para la recaudación de impuestos o la aplicación de regulaciones onerosas” Y puso como ejemplo a Brasil, donde la regulación de los derechos del consumidor no está en línea con los estándares y mejores prácticas globales y castiga de forma injusta a la aviación. Otra barrera a vencer es la falta de reconocimiento mutuo de los registros de flota y licencias de las tripulaciones por parte de las autoridades de aviación civil de la región, lo que impide que las aerolíneas puedan utilizar de forma flexible todos sus recursos para ofrecer la máxima eficiencia. «La aviación es muy susceptible al incremento de la carga fiscal, a la regulación onerosa y a la aplicación inconsistente de normas y reglamentos. Sin embargo, cuando los gobiernos adoptan estándares globales y trabajan en colaboración con la industria, la repercusión económica positiva que aporta la aviación es fácilmente alcanzable”, concluyó Cerda.

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