El 24 de octubre de 2003 arribó a Londres, procedente de Nueva York, el último Concorde de British Airways en vuelo comercial. El icónico “Pájaro blanco”, fue retirado por su alto costo de mantenimiento y de operaciones, en un contexto de precios de petróleo in crescendo. Apenas tres años antes, el Concorde había sufrido su primer y gran accidente que le costó la vida a 113 personas. La máquina de Air France despegó del aeropuerto Charles De Gaulle con uno de sus motores en llamas, tras no poder abortar el despegue, intentó girar para volver a tomar tierra en la vecina terminal de Orly, pero no lo logró. El Concorde fue un avión recórd: cruzaba el Atlántico Norte en apenas tres horas en Mach 2. En su época representó una revolución tecnológica para la aeronáutica.
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