Mucho se habló estos días del supuesto contenido del plan para Aerolíneas: desprogramación de los A340, cierre de tres rutas europeas y la salida, mediante retiros voluntarios, de 1.500 empleados para empezar. Cerca de Aerolíneas dicen que mal se puede hablar de “el plan” cuando lo que se iba a presentar era una serie de escenarios posibles sobre los que trabajar. En definitiva, que no hay un plan sino varios, donde el mayor o menor gradualismo estará relacionado con los subsidios que el Gobierno esté dispuesto a transferir en un año. Un dato a tener en cuenta para ajustar los rumores tremendistas de la semana pasada es que algunos de los antieconómicos A340 de cuatro motores tienen contrato de alquiler hasta el 2018 -aunque van a tratar de acortar los mismo- por lo que no van a ser desprogramados de inmediato ni dejarán de volar. Lo que sí es seguro es que dejaran de operar las rutas a Europa que sobrevivan. Mientras tanto algunos medios se dedican a transmitir una pelea que no pareciera ser tal, entre Gustavo Lopetegui, que carga sobre sus espaldas ser ex LAN, e Isela Costantini que representa ahora los intereses de Aerolíneas Argentinas. También por el levantamiento de un vuelo internacional, Buenos Aires-Brasilia y el tramo Comodoro Rivadavia-Rio Gallego. En el primer caso una ruta reciente que nunca funcionó y en el segundo un agregado con motivaciones políticas al Corredor Petrolero que terminaba en Comodoro Rivadavia y que solo aportaba 5 o 6 pasajeros por vuelo, según la misma gente de Aerolíneas.
