UNA MALA NOCHE PARA TURKISH AIRLINES EN EZEIZA

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Ninguna aerolínea está exenta de que un rayo impacte en uno de sus aviones y que, luego de las revisaciones técnicas de rigor, el vuelo deba ser cancelado. Pero las compañías si deben – o deberían – tener en claro mejores protocolos para la atención de los pasajeros que quedaron en tierra. Esta situación vivió un periodista de Aviación News la semana pasada. El vuelo TK0016 estaba programado para partir desde Buenos Aires a las 23.55hs. Es una primera instancia apareció en pantalla como demorado y luego con horario de salida para las 3.30hs de la mañana. Alrededor de la 1.20hs, los empleados en puerta de embarque anunciaron que el vuelo finalmente había sido cancelado por el impacto de un rayo al B777 en su aproximación a San Pablo. Algo que puede suceder, claro. Pero allí comenzó, luego de la lógica desilusión inicial, una endeble gestión de la situación por parte del personal de Turkish en tierra. Con un nivel de inglés muy limitado para los pasajeros extranjeros, informaron que tratarían de poner los pasajeros con destino San Pablo en un vuelo de GOL de las 6,45 de la mañana, y aquellos con destino a Estambul deberían ir a un hotel hasta el día siguiente. Así anotaron a los pasajeros manualmente en una lista e hicieron descender a la terminal. Luego de dos horas parados en los mostradores, sin recibir ni un vaso de agua, finalmente explicaron que tenían que pasar a mano nombre por nombre y número de ticket de quienes volábamos hacia san Pablo, debido a una diferencia de sistemas con GOL. Allí, luego de otra hora y media parados en los  mostradores de GOL, comenzaron a chequear de a 15 pasajeros. Mientras un caballero discapacitado esperaba – sin suerte – en su silla de ruedas que alguien se ocupara de su situación. Así, los primeros que nos anotamos fuimos los últimos en ser avisados que podíamos embarcar. Nadie nos había confirmado antes si podíamos volar o no. Mi nombre fue transcripto mal a mano por lo que tuve que esperar otro momento hasta poder embarcar último con GOL. Finalmente llegamos a SAO a las 9.20hs en un vuelo con un equipo y servicio claramente inferior al contratado. Durante el vuelo de regreso esa misma tarde, los pasajeros que venían desde Estambul nos contaban su periplo, que incluyó esperas en el aeropuerto de Guarulhos con niños desde las 6 de la tarde hasta las 9 de la mañana cuando fueron enviados a hoteles. Ya en el B777 de regreso, mi asiento y el de otros pasajeros estaba ocupado por lo que aguardé en el transporting hasta que me ubicaron en un asiento del medio en el que no había nadie. Una cancelación indefectiblemente puede suceder, el problema fue el nivel de atención, la mala comunicación, y la falta de preparación del personal de tierra para una situación que, lamentablemente, puede volver a suceder.

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