El grupo Lufthansa avanza en una profunda reestructuración de su flota de largo radio con el objetivo de reducir a la mitad el número de modelos que opera. Actualmente, el grupo cuenta con 13 tipos diferentes de aeronaves de largo alcance, una diversidad que genera elevados costos de mantenimiento, entrenamiento y logística. La meta es avanzar hacia una flota más homogénea y eficiente.
La estrategia, que contrasta con la adoptada por otros grupos como IAG, busca concentrar la toma de decisiones sobre flota en una única oficina en Alemania. Este cambio permitirá centralizar la planificación y estandarizar las operaciones entre las distintas aerolíneas del grupo —Lufthansa, Swiss, Austrian, Brussels, Discover, Edelweiss e ITA Airways—.
Entre los modelos que el grupo prevé retirar en los próximos años se encuentran los Airbus A330-200 (operados por Discover e ITA), A340-300 (en Lufthansa, Swiss y Edelweiss), A340-600 (Lufthansa), Boeing 747-400 (Lufthansa), B767-300ER y B777-200 (ambos en Austrian). Estas aeronaves, en algunos casos ya poco utilizadas por otras compañías del mundo, representan un desafío adicional en términos de soporte técnico y repuestos.
Por otro lado, Lufthansa Group continuará operando modelos más modernos y eficientes como los A330-300 (Brussels, Discover y Swiss), A330-900 (ITA), A350-900 (Brussels, Discover, Edelweiss, ITA, Lufthansa y Swiss), A350-1000 (Lufthansa), A380 (Lufthansa), B747-8 (Lufthansa), B777-300 (Swiss), B777-9 (Lufthansa) y B787 (Austrian, Brussels y Lufthansa).
La reducción progresiva de tipos de aeronaves no ocurrirá de inmediato, pero la dirección del grupo considera que esta simplificación será clave para optimizar costes, mejorar la sostenibilidad operativa y reforzar la flexibilidad entre sus aerolíneas. Con esta decisión, Lufthansa se alinea con una tendencia global hacia la eficiencia y la estandarización en la aviación comercial.