En una propuesta que marca un posible cambio en la dinámica de las sanciones internacionales, Rusia ha solicitado a Estados Unidos autorización para adquirir aviones de Boeing utilizando aproximadamente 5.000 millones de dólares en activos estatales congelados, una vez que se alcance un alto el fuego en la guerra con Ucrania.
La iniciativa, recogida por Bloomberg, ha sido respondida con cautela por parte del gobierno estadounidense. Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, afirmó que Estados Unidos “no discutirá ningún compromiso económico” hasta que se logre un cese de las hostilidades.
Desde el inicio del conflicto, Estados Unidos y sus aliados han congelado cerca de 280.000 millones de dólares en reservas del banco central ruso, de los cuales más de dos tercios están retenidos en la Unión Europea.
Además de la petición para adquirir aeronaves, Rusia ha instado públicamente al levantamiento de las sanciones contra su aerolínea nacional, Aeroflot, y a la reanudación de los vuelos directos entre ambos países.
En paralelo, el pasado viernes se llevó a cabo una reunión entre representantes estadounidenses y el presidente ruso, Vladímir Putin. Steve Witkoff, enviado especial del expresidente Donald Trump, calificó el encuentro como “convincente” y manifestó optimismo respecto a un posible acuerdo de paz, aunque destacó que el punto clave gira en torno al estatus de cinco regiones ocupadas en Ucrania.
El impacto en la aviación rusa
Desde la invasión a Ucrania en febrero de 2022, Boeing suspendió todas sus operaciones en Rusia, incluyendo el cierre de su centro de ingeniería en el país. Como parte de las sanciones, se prohibió a Aeroflot y otras aerolíneas rusas acceder al espacio aéreo de Estados Unidos y Europa, así como comprar aeronaves Boeing o Airbus, repuestos y servicios de mantenimiento.
Ante esta situación, las aerolíneas rusas recurrieron a canibalizar piezas de sus propias aeronaves y buscar alternativas en el mercado informal para mantener su operatividad. Además, Rusia confiscó unos 400 aviones arrendados a compañías extranjeras tras el inicio del conflicto.
Para mitigar el impacto, el Fondo Nacional de Bienestar de Rusia destinó 300.000 millones de rublos (unos 3.250 millones de euros) a la compra de estas aeronaves a arrendadoras internacionales. A comienzos de 2024, las aerolíneas rusas incorporaron 165 aviones Boeing y Airbus, representando aproximadamente el 40% de la flota comercial activa en el país, según datos de la agencia RBC.