Un primer análisis del accidente que sufrió el Boeing B-737/800 de la coreana Jeju Air, revela que el avión habría sufrido la ingesta de aves en ambos motores. El accidente se produjo, vale recordar, el pasado 29 de diciembre pasado cuando el avión estaba próximo a aterrizar en el aeropuerto de Muan, en Corea del Sur. Al parecer, la tripulación se enfrentó a un grave peligro al ser advertidos de la actividad de aves en la zona. Esto provocó que el avión realizara una aproximación frustrada, (go-around), para luego intentar aterrizar desde el extremo opuesto de la pista. Durante este segundo intento, el avión tocó tierra sin el tren de aterrizaje desplegado, lo que lo llevó a deslizarse a lo largo de la pista y colisionar contra un terraplén, incendiándose inmediatamente después. El resultado: 179 personas perdieron la vida, y solo dos miembros de la tripulación, que se encontraban en la sección de cola, sobrevivieron a este catastrófico evento. En ambos motores del avión se encontraron restos de plumas y sangre, lo que podría confirmar la ingesta de aves como una causa significativa del accidente. La atención también se centró en las grabadoras de datos y voz (FDR y CVR, respectivamente), que dejaron de grabar minutos antes del choque, un hecho que ha generado especulaciones sobre una posible falla total de energía como factor contribuyente.
Análisis preliminar del accidente de la coreana Jeju Air

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