El gobierno mexicano que encabeza Andrés Manuel López Obrador estaría convencido de conformar una nueva línea aérea que operaría bajo el paraguas de la SEDENA (Secretaría de Defensa Nacional) y administrada por el Ejército Mexicano. Y para ello, estaría negociando con trabajadores y jubilados de la extinta Mexicana de Aviación, la compra de la marca para involucrarla en ese proceso. “Ya estamos en trato con los trabajadores de Mexicana, tanto activos como jubilados, y se está buscando ya un acuerdo para que la nueva línea aérea se vuelva a llamar Mexicana de Aviación. Eso no les gusta nuestros adversarios, pero esto no es de gustos. Tenemos que ir avanzando. Se va a adquirir, se va a hacer un avalúo de la marca, del emblema y se va a tener una empresa para que haya más vuelos”, dijo López Obrador. De hecho, el presidente mexicano persiste en su idea de que en el proyecto involucre también al avión presidencial, un Boeing B-787 Dreamliner 8, que se niega a utilizar pero que no ha conseguido vender hasta ahora. López Obrador precisó que la nueva aerolínea le pertenecerá al estatal Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica S.A. de C.V, que también estará a cargo de la operación del Tren Maya, y los aeropuertos Felipe Ángeles, el de Tulum, el de Chetumal y el de Palenque. Además del Dreamliner presidencial, la nueva Mexicana rentaría otros diez aviones para componer su flota.
