Al cabo del tercer trimestre, Turkish Airlines alcanzó ganancias netas por US$ 735 millones. Los ingresos ascendieron a US$ 3.400 millones, es decir un 85% del mismo índice registrado en el tercer trimestre de 2019. Un elemento sobresaliente es que la carga aérea representó el 28% del total de los ingresos, mostrando además un incremento, siempre con relación a 2019, del 132%. No en vano y según diversos ránkings globales recientes, Turkish Airlines es la cuarta transportadora mundial de carga. Los beneficios son consecuencia de la política de ajuste y contención de gastos que aplicó Turkish y que explica por qué disminuyeron sus gastos totales en un 19%. En el tercer trimestre, la compañía alcanzó una capacidad del 81% con relación a 2019 y transportó un total de 16,5 millones de pasajeros, con un factor de ocupación (PLF) del 82,4%, en vuelos domésticos y en internacionales de 69,6%. A fines de septiembre, Turkish completó su rearmado de la flota que consta hoy de 372 aeronaves: 243 de ellas son de fuselaje angosto, 105 de fuselaje ancho y 24 aviones de cargueros puros.
