Arabia Saudita decidió alzar su perfil y presentar batalla a otras aerolíneas de la región, especialmente las de los Emiratos Árabes Unidos (Emirates, Etihad) y Qatar Airways. Y para ello, no sería Saudi Arabian Airlines la herramienta elegida. “Queremos (…) aumentar la interconexión internacional hacia 250 destinos y, paralelamente al lanzamiento de un nuevo transportador nacional, aspiramos a duplicar la capacidad de flete aéreo a más de 4,5 millones de toneladas”, comentó Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita. El país en sí está encarando en términos generales un amplio programa de inversiones cuya finalidad principal es la de diversificar la economía, histórica y tradicionalmente dependiente del petróleo.
