El jueves de la semana pasada Aerolíneas Argentinas anunció el comienzo de la “segunda fase” de vuelos especiales -inicialmente llamados de “rescate”, luego de “repatriación· y por último de “excepción”- con un vuelo desde Cancún para el lunes 6. El comunicado de prensa adelantaba también que “en línea con el Plan de Reapertura Gradual, Planificada y Segura dispuesto por el Gobierno Nacional para las fronteras del país, los vuelos se irán planificando de a uno por vez con la finalidad de regular los flujos de ingreso así como también asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias y de aislamiento preventivo”. Y hablaba de un máximo de 700 viajeros ingresando por Ezeiza por día. Horas más tarde anunciaban un segundo vuelo desde Punta Cana, también con A330, para el día 7 y luego un Bogotá previsto para el miércoles 8. Se descartaba que venía una seguidilla de anuncios, pero la “segunda fase” habría perdido impulso el mismo lunes o por lo menos entrado en una meseta. Y no es que falten argentinos por volver. Según cálculos oficiales, de los 65.000 compatriotas que se suponía había dando vueltas por el mundo ya regresó un 85% por lo que se estima que aún quedan unos 10.000, a los que habría que sumar -algo no previsto inicialmente- a muchos argentinos que estaban viviendo y trabajando en el exterior y que, dada la pandemia y la pérdida de empleos, ahora apuran por volver. Si bien desde Aerolíneas no hablan de suspensión de la “segunda fase”, si reconocen que desde el Ministerio de Salud les pidieron espaciar los arribos para poder controlar mejor a los pasajeros que ingresan. Un dato llamativo, sobre el carácter de estos vuelos que originariamente la empresa llamó “de rescate”, es este párrafo de la gacetilla por el vuelo de Bogotá: “Resulta importante mencionar que los tickets para dicho vuelo serán puestos a la venta el próximo lunes”.
