Finalmente, Boeing decidió postergar hasta 2035 el lanzamiento de un nuevo avión. Así lo confirmó David Calhoun, director General de la compañía en el marco de la presentación de los resultados del tercer trimestre. El ejecutivo explicó que el motivo principal del retraso es que no hay nuevos motores a la vista en el corto plazo y solo eso permitiría ofrecer en el nuevo modelo costos operativos más bajos que los modelos actuales. El propio Calhoun admitió que lo que Boeing pretende es que el nuevo avión sea realmente algo novedoso para que se mantenga en producción durante muchos años. No tiene caso ofrecer algo que a la mitad de su teórico ciclo de vida esté obsoleto junto a otros nuevos desarrollos. La expectativa de los clientes es que un nuevo avión tenga costos entre un 20% y 30% menores al modelo que reemplaza, parte de esto puede lograrse con nuevas tecnologías de materiales, procesos de fabricación, estudios aerodinámicos, etc.; pero una parte importante proviene de los motores, así que mientras no haya una nueva generación de motores con una reducción sustancial en su consumo, es difícil llegar a esas cifras. Antes de que Calhoun llegará a la dirección de la empresa se tenía el proyecto del Nuevo Avión Mediano (NMA) al que ya se le estaba nombrando Boeing B-797.