La Subsecretaría de Aviación y Asuntos Internacionales, del Departamento de Transporte y la Secretaría de Energía de Estados Unidos, publicaron el Plan de “El Gran Desafío del Combustible de Aviación Sostenible” (SAF, Sustainable Air Fuels), con el cual se describe la estrategia gubernamental de ese país para escalar la producción de SAF. “El transporte contribuye con más emisiones de carbono que cualquier otro sector, lo que significa que también debe ser una parte central de la solución al cambio climático, y eso ciertamente incluye la aviación”, afirmó Pete Buttigieg, secretario de Transporte, mediante un comunicado. Se trata fundamentalmente de una “hoja de ruta” donde se alinean acciones del gobierno y de la industria para lograr los objetivos del Gran Desafío SAF, que fue firmado en 2021 por las agencias asociadas y consta de tres objetivos principales: lograr una reducción mínima del 50% en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del ciclo de vida en comparación con el combustible convencional; producir 3 mil millones de galones de SAF por año para 2030 y suministrar suficiente SAF para satisfacer el 100% de la demanda de la industria para 2050. El plan surge de una colaboración entre el Departamento de Energía, el Departamento de Agricultura, la Agencia de Protección Ambiental y el Departamento de Transporte y la Administración Federal de Aviación (FAA). “El SAF tiene el potencial de ofrecer el rendimiento del combustible para aviones a base de petróleo, pero con una fracción de su huella de carbono, las rutas SAF emergentes incluso tienen una huella de GEI neta negativa. El SAF se puede hacer a partir de biomasa renovable y otros recursos, incluidos cultivos de semillas oleaginosas de invierno, residuos agrícolas y forestales y flujos de desechos sólidos municipales”, afirmó Buttigieg.
