Fue el comentario generalizado para todos los asistentes a FIDAE y el Wings of Change de IATA. Llamaba la atención las exigencias y requisitos que Chile aún solicitaba a quienes visitarán el país, teniendo en cuenta los indicadores epidemiológicos y la altísima tasa de vacunación completa.
Finalmente, las autoridades sanitarias anunciaron que ya no será imprescindible la vacunación contra el covid-19 ni la realización de una prueba PCR para extranjeros que ingresen al país, aunque «los turistas no residentes podrían ser sometidos a un examen aleatorio al llegar al país» y necesitarán cumplimentar un formulario.
Lo que mantiene es la declaración jurada de c19, el seguro de salud con cobertura COVID-19 y la homologación de las vacunas. Si bien el Ministerio de Salud indica que la homologación es voluntaria, se vuelve obligatoria para obtener el cuestionado “Pase de Movilidad” que se exigen en algunos lugares como hoteles, restaurantes, concierto u otro tipo de eventos.
El pasado domingo se anunció también la apertura total de fronteras terrestres a partir de mayo, ya que hasta ahora solo se podía ingresar al país a través de aeropuertos internacionales y algunos pasos concretos.
“Chile se está quedando atrás” fue el contundente mensaje que, Peter Cerdá, VP Regional para las Américas de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, envió al gobierno de Chile en referencia a la burocracia y restricciones que el país mantiene para el ingreso de extranjeros, teniendo en cuenta que la mayoría de los países vecinos, han suprimido o eliminado estos requisitos, porque las personas ya no tienen miedo al Covid, pero sí a la burocracia y a quedarse atrapadas en un país extranjero.
