La tradicional compañía israelí suspendió sus operaciones indefinidamente. Todos los vuelos – pasajeros y cargueros – recibieron la orden de de parte del CEO de la compañía de retornar inmediatamente a Israel. Días atrás, la dirección de la compañía reportó importantes pérdidas para la primera mitad de este año por unos 140 millones de dólares que generaron conflictos con los pilotos. La compañía de bandera israelí ya había suspendido en marzo los servicios regulares al menos hasta el 31 de julio. Pero había incorporado operaciones de carga y mantuvo algunos servicios especiales para permanecer en el aire. El Al está trabajando para recibir ayuda estatal para seguir operando, pero necesita el acuerdo de sus empleados y sus sindicatos para finalizar cualquier convenio. La aerolínea esperaba un paquete de rescate por 400 millones de dólares, que consiste en préstamos respaldados por el gobierno con garantías para el 75% del préstamo, en caso de incumplimiento de la empresa. Al respecto, el Gobierno aclaró que no está interesado en nacionalizar la aerolínea. «No creo que haya nadie que crea que el Estado debería ser dueño de una compañía aérea, por lo que la idea de la nacionalización no está en discusión”, indicó el ministro de Finanzas, Eli Morgenstern.
