La mayor aerolínea latinoamericana, Latam Airlines, registró durante el primer trimestre de 2020 pérdidas por 1.910 millones de euros. El dato se conoció poco después del anuncio la semana pasada de acogerse voluntariamente al Capítulo 11 de la Ley de Quiebra de Estados Unidos. El culpable: el Covid-19. Aceptado por la Corte de ese país, la empresa obtuvo autorizaciones para su reorganización mientras continúa operando vuelos de pasajeros y carga y para mantener los acuerdos con agencias de viajes y socios comerciales, entre otros. Así mismo, se le autorizó a seguir pagando a sus empleados, respetando los programas de beneficios existentes y “honrando todos los pasajes actuales y futuros, así como los vouchers de viaje, millas y beneficios de viajero frecuente y políticas de flexibilidad”. Así, mientras sigue operando la compañía de origen chilena seguirá buscando restructurar el negocio y pagar sus deudas que ascenderían a U$S 6.400 millones. La empresa asegura tener actualmente U$S 1.200 millones en efectivo en su balance, además de otros 900 millones en líneas de crédito especial de sus principales accionistas, las familias Cueto y Amaro y Qatar Airways. Dentro de las medidas tendientes a reestructurar el negocio se destacan una reducción del 30% en su tamaño, el 40% en frecuencias de vuelos de largo alcance fuera de la región, ya que se prevé sean los más lentos en su recuperación luego de la pandemia, una baja del 20% en las operaciones de cabotaje en cada país y la posibilidad (no hay nada confirmado) de dejar de operar en Argentina y Paraguay. También una reducción de la flota compuesta a diciembre de 2019 de 342 aviones, 110 en leasing y 232 en leasing con opción de compra. Justamente una de las propuestas a la Corte es terminar con el contrato de alquiler de 19 aviones, 13 de ellos A320 el modelo más numeroso de la flota. El pedido hace unos días a la ANAC para trasladar a Chile seis A320, casualmente alquilados, no dejó de causar preocupación en Argentina pese a la explicación de la empresa que aprovechaban el parate para adelantar mantenimiento, lo que suena lógico, y que el único motivo por el cual la filial argentina no está entre las que se acogieron al Capítulo 11 es un problema entre la legislación argentina y la estadounidense. Sin embargo los números de la filial argentina son preocupante (Ver: “Los números de Latam Argentina: ¿Le fue mejor con Cristina o con Mauricio? Y una reivindicación para Gustavo Lopetegui”)
