Pensar hoy en ir al aeropuerto para tomar un vuelo por un viaje de negocios o de vacaciones parece ciencia ficción. Al menos desde esta parte del mundo. Quienes no tienen otra alternativa que volar en estos momentos, son una suma de guantes protectores, mascaras, barbijos, y productos de limpieza. Muchos casos son con equipaje de mano prohibido a bordo, y comida y bebida en cajas en lugar de ser presentadas sobre bandejas. Algunas compañías intentaron dejar todos los asientos intermedios vacantes. Evidentemente la pandemia será un antes y un después en los viajes. Y resta saber si habrá en algún momento una vuelta a la “normalidad”. Primero mientras se conviva con el virus y una segunda etapa cuando aparezca la vacuna y se aplique globalmente. Respecto a los protocolos actuales, en un principio el problema es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), no se han puesto de acuerdo en un protocolo común y único. En un informe, la consultora especializada CAPA, afirma que “tomará tiempo para que la gente vuelva a volar. Así como los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 cambiaron la industria aérea desde el punto de vista de la seguridad, una vez que termine la actual crisis por el Covid-19, es posible que varias de las medidas de salubridad que ya se están efectuando actualmente permanezcan de forma permanente”. Según CAPA, “la industria aérea está consciente de que tomará varios años antes de que la demanda se restablezca en los niveles que tenía en 2019”. “Los viajeros de clase económica probablemente dejarán de viajar, debido a que habrá menos dinero disponible por la contracción económica; y los viajes corporativos también se verán afectados”, agregó CAPA.
