El grupo aéreo alemán cerró el primer trimestre del año con una pérdida de € 342 millones, eso significa un incremento de 9 veces respecto al resultado del mismo período del año pasado, cuando el rojo había llegado a apenas € 39 millones. La explicación de Lufthansa es que el resultado tiene que ver con el incremento en el precio del combustible, cuya factura ascendió a € 202 millones. En un comunicado, la firma explica además que hay un exceso de capacidad en Europa que crea una gran presión sobre los precios y termina por reducir los ingresos unitarios en vuelos cortos y medios. En el mismo período, la facturación se incrementó un 3%, alcanzando los € 7.900 millones.
