A comienzos de este año la aerolínea alemana presentaba la nueva imagen del grupo, un diseño más unificado, elegante, abocado a las nuevas tendencias tecnológicas y sin mayores tonalidades, Azul y Blanco. El primer avión en entrar al taller de pintura ubicado en el Aeropuerto Internacional de Roma-Fiumicino, fue un Boeing 747-8i matrícula D-ABYA. Pero el público, y luego la compañía, notaron que el azul era muy oscuro. Casi negro. El color escogido por Lufthansa durante un proceso en donde se valoraron más de 800 posibles diseños, parece no haber resultado del agrado de la aerolínea alemana, al haber escogido un tono azulado, que en muchas circunstancias lumínicas se asemejaba al negro. Tras el reacondicionamiento de color en un taller de Dublín, Irlanda, Lufthansa mostró recientemente un Boeing 747-400 matrícula D-ABVM, en un evento en el Aeropuerto de Frankfurt, con lo que ahora parece ser la tonalidad ideal, en los que ellos denominaron “pequeños ajustes”, mucho más clara al tiempo de hacer la grulla (logo) más grande.
