Al contrario de lo que pasa con aviones más grandes, como los de Airbus o Boeing, ATR no ofrece alternativas de motorización para sus aviones. Aquellos que compran los 42 o los 72 lo hacen con motores turbohélices Pratt & Whitney (P&W). Sin embargo, en una entrevista periodística, el presidente de ATR, Christian Scherer admitió que la firma franco-italiana podría abrir sus puertas a otros proveedores de motores. Al ejecutivo le preocupa la posición monópolica de P&W y el hecho de que también fabrique los motores de su competidora, la canadiense Bombardier. Cabe señalar que la primera empresa que podría suministrar motores alternativos sería General Electric Aviation.
ATR PODRÍA QUITARLE LA EXCLUSIVIDAD A PRATT & WHITNEY
