Según el medio especializado uruguayo Portal de América, la plana mayor de Latin American Wings, aerolínea chilena que inició sus operaciones este año, habría viajado este miércoles a Montevideo (el medio detectó la reserva de 15 habitaciones en un hotel de la ciudad) para terminar de cerrar un acuerdo con los responsables de Alas Uruguay, empresa que también comenzó a operar este año, y el Gobierno. Alas Uruguay fue creada a instancia de exempleados de Pluna, con el apoyo del gobierno uruguayo que les otorgó, a través del Fondes (Fondo para el Desarrollo destinado a apoyar emprendimientos económicos con participación de sus trabajadores en la dirección y en el capital de las empresas), un crédito por U$S 15 millones a devolver en 10 años, con dos de gracia y a un muy bajo interés. La empresa, que solo logró mantenerse en el aire nueve meses, debería desde enero de 2017 comenzar a devolver el préstamo y hacer frente a una deuda con proveedores por U$S 4,9 millones. Por su parte LAW -que opera con un certificado que alquila a Chilejet-, comenzó a volar en enero de este año con uno de los B737-300 con que nació Alas Uruguay. Sobre ella pesa la acusación de ser una de las principales transportadoras de inmigrantes informales haitianos a Chile. Actualmente LAW alquila dos de los tres aviones que componían la flota original de la uruguaya. El tercer avión partió este viernes hacia Tucson. ¿Podría caer en consecuencia el Certificado de Explotador Aéreo que dispone Alas Uruguay? El Gobierno por ahora apoya la negociación. En Montevideo se especula con que la visita del argentino Andres Dulcinelli, gerente general de LAW, y su equipo pueda terminar en una alianza (o absorción) de la única aerolínea autogestionada de la región.
