Quizás sea solo una coincidencia, tal vez no, pero lo cierto es que uno de los primeros grandes cambios que British Airways comenzará a aplicar, tras el arribo de Álex Cruz a la jefatura (proveniente desde Vueling), es que cobrará por la comida de a bordo. La medida, típica de las low cost, apunta a generar más ingresos para la empresa. La medida no ha sido confirmada oficialmente aún, pero alcanzaría a todas las clases con excepción de la primera clase, e implicaría además una reducción de la oferta gastronómica en general. Cabe señalar que desde hace años British libra una dura batalla con dos de las compañías aéreas de bajo costo más grandes del continente europeo que tienen en el Reino Unido sus cuarteles generales: Easyjet y Ryanair.
