El nuevo gobierno portugués, de origen socialista, llegó a un acuerdo con los triunfadores de la licitación de TAP-Air Portugal. De este modo, el estado conservará casi el 50% de la propiedad de la empresa, aunque la gestión quedará en manos de los privados. El ejecutivo de Lisboa se comprometió a pagar € 1,9 millones para elevar su participación de 34 al 50%. “Las negociaciones no han sido fáciles, pero resultó en una buena asociación”, comentó Antonio Costa, primer ministro portugués. Los privados, aunque gestionarán la empresa, poseerán solamente un 45% de las acciones dado que el 5% restante pasarán a manos de los empleados.
