La aerolínea lusa, sumida en pleno proceso de privatización, anunció que concluyó el año pasado con pérdidas por € 46 millones. Esto supone acabar con un lustro de beneficios consecutivo. De hecho, los resultados contrastan con los € 34 millones de beneficios alcanzados al cabo de 2013. Y a modo de contraste, basta señalar que la cantidad de viajeros transportados se incrementó en un 6,6%, hasta alcanzar los 11,4 millones. Los vuelos a Europa y a Estados Unidos fueron, especialmente, los que mostraron las mejores performance, registrando un 8 y un 10%, respectivamente, de más pasajeros que en 2013. «Sabíamos que íbamos a tener un año difícil y fue lo que pasó. Por desgracia los resultados no fueron buenos», resumió el presidente de TAP, Fernando Pinto. «La situación de algunos mercados también tuvo una influencia negativa, en especial Brasil», concluyó el ejecutivo.
