Bombardier, la empresa fabricante de los aviones de la ex Pluna, venía trabajando como bróker para intentar venderlos en acuerdo con el fideicomiso que administraba los bienes de la exaerolínea. Pero luego que la ley fuera declarada inconstitucional, las aeronaves pasaron al concurso judicial por el cual se está liquidando la aerolínea. Si bien Bombardier viene negociando con los síndicos, las partes no han logrado ponerse de acuerdo, por lo que propondrán a la jueza Teresita Rodríguez Mascardi vender los aviones por licitación. Entre 30 y 40 operarios y técnicos se encargan de cumplir con las revisaciones de rutina, establecidas de forma estricta por el fabricante canadiense. El costo de ese mantenimiento era de US$ 420 mil por mes mientras estuvo a cargo del fideicomiso. La sindicatura tiene en caja US$ 4 millones de lo que quedó cuando cerró Pluna y por la venta de los aviones el fideicomiso manejaba una cifra de entre US$ 12 millones y US$ 16 millones por aeronave. Con lo que se obtenga de la venta se pagará a los acreedores de la ex Pluna al final del proceso y por eso el concurso está interesado en venderlos rápido y al mejor precio posible.
