Consumada o confirmada la postura del gobierno británico de que no habrá un salvataje masivo, el grupo Virgin maniobra para lograr su supervivencia. En principio, acordó un préstamo del gobierno británico de unos US$ 620 millones. Por otro lado, Richard Branson, socio mayoritario, contrató a la firma Álvarez & Marsal (A&M) para plantear una reestructuración del grupo y plantear un plan de contingencia. Finalmente, apostó a obtener más fondos para rescatar a Virgin Atlantic, la empresa insignia del holding. En concreto, Branson estaría analizando vender Virgin Galactic, una empresa valuada en US$ 4.250 millones, lo que le daría liquidez para sobrevivir. Por lo pronto, Virgin Australia ha entrado en concurso de acreedores y Virgin Atlantic ha dispuesto reducir 3 mil puestos de trabajo.
