La decisión por parte del Gobierno de prohibir el ingreso de vuelos a partir de este lunes desde Estados Unidos, Europa y algunos países de Asia fue bien recibida por la comunidad como medida tendiente a controlar el ingreso del COVID-19 al país. Muchas aerolíneas, por otra parte, ya habían suspendido con anterioridad voluntariamente frecuencias ante la caída abrupta de tráfico. Pero la pregunta que quedó flotando, es qué se hace con los miles de argentinos con boletos de vuelta en la mano, muchos durmiendo en aeropuertos y con recursos económicos que comienzan a flaquear, si no se agotaron ya. Para enfrentar esta situación el gobierno autorizó, inicialmente, “exclusivamente” a Aerolíneas a hacer vuelos ampulosamente llamados “de rescate” y cargados de connotaciones heróicas, con parte de la flota de A330 que ahora está en tierra. Por lo que se ve hasta ahora, más que rescatar a los argentinos lo que se está haciendo es repatriar a los pasajeros de Aerolíneas que quedaron varados en el exterior. De hecho los únicos vuelos “especiales” programados hasta ahora con fecha son a Madrid (2) y Miami (3) más 17 (ver nota aparte) sin fecha. Es decir, los destinos internacionales -además de Roma, del cual no se habla- de la empresa. Según el presidente de la aerolínea estatal los argentinos en el exterior son unos 30.000, aunque hay que suponer que esa cifra se puede multiplicar inclusive por diez. Pero aunque no sean más de 30.000, se necesitarían 110 vuelos con A330 para permitir el regreso de todos. La preguntas que muchos se hacen, y por lo que muchos reclaman, es qué pasa con los argentinos que están en el exterior y no volaron por Aerolíneas o los que están en otros destinos que no son los que eligió la empresa nacional para ir “al rescate” de viajeros. La respuesta oficial es que pidan el endoso de su pasaje a la compañía que los transportó, se comuniquen con el consulado argentino (en unos días en Cancillería recibieron 15.000 llamas y completaron 11.000 formularios) y luego con Aerolíneas, si pueden. Ni hablar si hay una agencia de viajes en el medio. En Japón el Consulado le respondió a un pasajero que Aerolíneas Argentinas comunicará los detalles de reprogramación de vuelos especiales, “con tarifas adecuadas». Nada es sencillo, por no decir imposible. Quienes no consigan el endoso (muchas aerolíneas no colaboran) deberán, si lo logran, pagar un nuevo pasaje full en Aerolíneas. Había quienes se quejaban de que les aplicaban una tarifa de U$S 1.200 para el tramo Miami o Madrid a Buenos Aires, pero desde la compañía aclararon que son U$S 500 o U$S 600 el tramo. Para evitar estos cargos quienes tengan boletos de otras compañías deberán solicitar a estas un formulario por el que se comprometen a transferir el dinero del pasaje. ¿No hubiera convenido prorrogar el cierre y obligar a las aerolíneas a buscar la forma de repatriar a su pasajeros, tanto argentinos en el exterior como extranjeros en Argentina organizándose, por ejemplo, a través de las alianzas? El martes comenzó a aparecer una pequeña luz. Alguien se puso a pensar. Ante la situación que empeoraba, el Ministerio de Transporte habría facultado a la ANAC, a través de una ampliación en las condiciones establecidas para la operatoria de vuelos de rescate que deriva del Decreto 260 del Poder Ejecutivo, a autorizar a compañías internacionales a realizar vuelos también de rescate para traer argentinos varados en el exterior y llevarse extranjeros que están en el país, exclusivamente. Según versiones, Air Europa podría picar en punta en este sentido. ¿Habrá otros? Desde la Dirección Comercial de Aerolíneas salieron a “mojarle la oreja” a la competencia: “Pese a que la ANAC ahora lo permite, ninguna compañía extranjera pidió autorización para salir al rescate de sus pasajeros”, dijo Fabián Lombardo. Un empresario muy vinculado a la aviación le contestó: “Son los Estados los que salen al rescate de sus ciudadanos, las aerolíneas son los instrumentos. ¿O quién se piensa que paga los vuelos de Aerolíneas Argentinas?”
