Después del fracaso de las últimas semanas para encontrarle un comprador, el gobierno italiano se vio obligado a inyectarle a la compañía otros 400 millones de euros para evitar su quiebra. Alitalia ya recibió 900 millones de euros del Gobierno desde mayo de 2017, cuando el grupo aéreo fue puesto en administración especial tras un intento fallido de reestructuración. A pesar de las medidas tendientes a reducir los costos aplicadas por los tres administradores nombrados por el Estado, la aerolínea continúa perdiendo dinero y podría quedarse sin fondos antes de final de año. El grupo ferroviario italiano Ferrovie dello Stato, que se encontraba en conversaciones con el grupo de infraestructura Atlantia y la aerolínea estadounidense Delta Air Lines, dijo la semana pasada que aún no podía formar un consorcio de rescatistas para salvar al grupo italiano. También Lufthansa descartó invertir en la aerolínea de bandera italiana. Los analistas estiman que Alitalia ya ha gastado aproximadamente 9.000 millones de euros de los contribuyentes italianos. Si la empresa no logra recursos financieros se expondría a su liquidación, poniendo en riesgo la fuente laboral de 11.600 empleados. Este sería el octavo aplazamiento. Alitalia se encuentra desde hace 30 meses en quiebra y con una intervención judicial, sobreviviendo con préstamos del Estado que todo el mundo sabe que nunca va a devolver.
