A partir de la devaluación, producida en mayo de 2018, es evidente que la salida de pasajeros argentinos al exterior se ha desplomado. En consecuencia, si bien no se produjo de modo inmediato, muchas compañías aéreas internacionales han decidido ajustar la oferta de vuelos hacia nuestro país. Hace pocas semanas, Avianca suspendió el vuelo Lima/Mendoza: un servicio diario cubierto por Airbus A319. Posteriormente fue el turno de Latam, que suprimió el vuelo Santiago de Chile/Tucumán que, al estar conectado, también supuso la suspensión del tramo Tucumán/San Pablo (el vuelo comenzaba en Brasil y terminaba en Chile). En marzo, fue la chilena Sky quien eliminó sus vuelos a Córdoba, desde Santiago y previamente también había levantado los vuelos a Rosario. La paraguaya Paranair, sucesora de Amaszonas Paraguay, suspendió el vuelo que unía Asunción/Salta/Iquique. En la misma línea, Ethiopian Airlines redujo los vuelos semanales directos a solo tres, pasando el resto por San Pablo; Air Canada volvió a instaurar la escala en Santiago de Chile en el vuelo entre Buenos Aires y Toronto; Emirates pasa del vuelo diario a Dubái, a sólo cuatro por semana y Copa redujo algunos servicios desde Córdoba.
