La línea aérea británica, unió Orlando y Gatwick, con un Boeing B-747, utilizando como combustible gases de efecto invernadero. De la recepción de la aeronave, participó Richard Branson, dueño y fundador de Virgin Atlantic. En ese contexto, el ejecutivo le reclamó al gobierno británico que trabaje en la puesta en marcha de plantas de producción de biocombustible. El carburante fue aportado por LanzaTech, que justamente se especializa en captar gases de efecto invernadero, producido por industrias como la siderúrgica, y los recicla para convertirlos en etanol. La empresa tiene como objetivo, disponer de tres plantas en el Reino Unido para 2025, produciendo hasta 125 millones de galones de combustible sustentable al año.
