Este miércoles se venció el plazo para aceptar alguna de las ofertas por un par de A330-200 que debían reemplazar los dos A340 que aún quedan en la flota y que deberán dejar de operar -tienen destino de desierto- hacia fines del año que viene. Los contratos de los últimos cuatrimotores, el LV-FPV y el LV- FPU, vencen el 9 de enero y el 22 de marzo de 2020, respectivamente, pero obviamente deberán ser desprogramados antes para su devolución. La decisión tomada este miércoles por la empresa obedece a que ninguno de los gremios de Aerolíneas -con UALA de Austral existe dialogo, por lo que se avanza en el reemplazo de la flota Embraer- aceptó ni siquiera sentarse a conversar sobre una serie de propuestas para hacer más competitiva la empresa. La situación se agrava hacia mediados del año que viene cuando se acabe el plazo para decidir la renovación de la flota A330. La encrucijada ahora es decidir la programación internacional con dos aviones menos. Una alternativa, como planteó Aviación News en septiembre, es levantar una de las escalas -las miradas apuntan hacia Nueva York- la otra mantener los cuatro destinos internacionales pero reducir frecuencias, especialmente en aquellas rutas donde hay días con más de un vuelo, como Madrid y Miami. Los B737MAX también harían su aporte volando a Punta Cana y posiblemente Cancún.
