AEROLÍNEAS Y AUSTRAL I: COMO CONVERTIR UN PARO CIVILIZADO EN UNO SALVAJE EN UN SOLO PASO

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Los gremios aeronáuticos comenzaron antes de tiempo el paro anunciado a partir de las 00:01 del martes complicando la vida de pasajeros y compañía. Sin acuerdo después de meses de discusión -los sindicatos piden un 26% de aumento mientras la empresa ofrece un 17%, un bono y la cláusula gatillo que los pone a cubierto de un desborde de la inflación- los gremios aeronáuticos habían anunciado un paro de 24 horas para el martes 31 que al haber sido comunicado con anticipación permitió a la empresa y a los pasajeros -hablaban de unos 30 mil afectados- un reacomodamiento que humanizaba la medida de fuerza. La empresa había ofrecido la posibilidad de cambiar los pasajes del 31 sin penalidad y hasta devolver el importe pagado si el pasajero desistía de viajar. Pero la decisión de los pilotos el mismo lunes de no despegar con servicios que estarían en vuelo al inicio del paro llevó imprevistamente a la cancelación de algunos vuelos de cabotaje y regionales (por los regresos, fundamentalmente) y de todos los vuelos internacionales que partían el lunes. Un problema no previsto para pasajeros y compañía que se suma al paro sorpresivo disimulado bajo el eufemismo de “asamblea informativa” del 14 de octubre. Entre el lunes a la tarde y el miércoles al mediodía cerca de 400 vuelos fueron cancelados o reprogramados, afectando a 40.000 pasajeros. Un paro de 24 horas que se transformó de 36, más los efectos de reiniciar la programación del miércoles a la mañana. Lo grave es que la pelea recién comienza.