Este jueves, en el Ministerio de Trabajo, se dirime un nuevo round en la disputa por paritarias entre Aerolíneas Argentinas y los gremios aeronáuticos. El último capítulo había terminado con un ofrecimiento del 17% de aumento (un punto más sobre la oferta anterior), más un bono, más la cláusula gatillo por si la inflación supera los porcentajes estimados. Esto rondaría un 21% de aumento. Los gremios lo rechazaron. Y si bien no se repitieron medidas gremiales que afectaran la programación, como las asambleas del viernes 13 de octubre, los pilotos se niegan a conceder “el día off”, lo que quita flexibilidad a la hora de reprogramaciones no previstas. No hay -aclaran- quite de colaboración. Los funcionarios entienden que no tienen mucho más para ofrecer. Que cada punto que se concede le cuesta a la empresa uno U$S 8 millones al año. También que tomando esta oferta y el generoso ajuste del año pasado (entre el 42% y el 47%) no habría recomposición salarial pendiente. No lo entienden así los gremios, que destacan “los resultados positivos que exhibe actualmente el Grupo”. Aunque las pérdidas superen los U$S 170 millones. La reunión este jueves es en el Ministerio. Habrá que ver si el resultado electoral del último domingo serena los ánimos. Algunos dirigentes, como Edgardo Llanos de APA, habrían jugado abiertamente por Cristina y criticado a Macri en las elecciones legislativas. Pablo Biró, de APLA, con poco apoyo por parte de sus colegas de la compañía, hace rato que exteriorizó sus simpatías políticas por el kirchnerismo
