IATA presentó su reporte anual de seguridad en el que se registró una caída en el número de accidentes: 65, es decir tres menos que en 2015 y 16 menos que en el período 2011/2016. Esto supone una tasa global de 1,62 accidentes por cada millón de vuelos, inferior al 1,79 de 2015. Sin embargo, el año pasado murieron 268 personas, el doble que en 2015, cuando se habían registrado apenas 136 víctimas. “Si bien es cierto que hemos dado un paso atrás en algunos aspectos respecto a los resultados excepcionales de 2015, el número total de accidentes y víctimas mortales se redujo respecto a la media de los últimos cinco años, lo que confirma que la aviación es cada vez más segura y que sigue siendo la forma más segura de viajar largas distancias. La seguridad aérea es la prioridad número uno de la industria de la aviación y de todos los socios. El objetivo es lograr que cada vuelo llegue seguro a su destino. Y cada accidente nos empuja a esforzarnos aún más en conseguirlo”, comentó el CEO y director General de la IATA, Alexandre de Juniac.
