Es un clásico desacuerdo entre política e infraestructura. Perú viene aplicando desde el 2000 una política de cielos abiertos y de apertura. Claro, esto termina representando un notorio incremento de la actividad aerocomercial. Y allí es que esa expansión choca con las limitaciones físicas de la infraestructura. “Más allá de la política aerocomercial abierta que tenga el Perú, nuestro mayor hándicap [para aplicarla] es la infraestructura que tenemos en el aeropuerto Jorge Chávez”, comentó Carlos Gutiérrez, gerente General de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (Aetai). “Lima es un hub para Avianca y Latam, que operan dos bancos de vuelos muy importantes entre las 5AM y las 12AM y entre las 7PM y la 1AM. Además, en la noche se suman los vuelos que llegan de Estados Unidos y Europa. En esos horarios no entra literalmente un alfiler”, explicó Gutiérrez. La solución, según Aetai, es que la apertura llegue también a los aeropuertos y se abran otros del Perú a la conectividad aérea regional e internacional.
