Estaba convocada una reunión del Comité de Empresa de Air France, que incluso incluía la participación de dirigentes sindicales. En el cónclave, la dirección de la empresa explicaría el plan de ajuste que consiste, fundamentalmente, en la reducción de un 10% en la oferta de vuelos de la compañía y la eliminación de 2.900 puestos de trabajo. En simultáneo, un grupo de sindicatos convocó a una manifestación de protesta frente al edificio corporativo, en el mismo instante que transcurría la reunión. Y la combinación resultó explosiva. Trabajadores de la compañía violentaron las medidas de seguridad, irrumpieron en la reunión y agredieron a varios directivos. Justamente, fueron Xavier Broseta, director de RR.HH. y Pierre Plissionnier, director de Air France para el aeropuerto de Orly, los que se llevaron la peor parte y aunque abandonaron las instalaciones con custodia policial, los efectivos no pudieron evitar que se fueran con sus ropas rasgadas y destrozadas por las manos de los trabajadores. Desde la dirección admitieron que analizan presentar acciones legales contra los sindicatos por la agresión.
