La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés) llegó a la conclusión que el incendio producido por un cortocircuito en las baterías del Boeing B-787 de Japan Air Lines en 2013 se debió a un fallo en el diseño. La NTSB aseguró que el fuego comenzó cuando un cortocircuito, en una de las ocho celdas de la batería sobrecalentó el dispositivo, se extendió a toda la batería y terminó prendiéndose fuego, el 7 de enero del año pasado, cuando el Dreamliner de JAL se hallaba detenido en plataforma. El incidente fue, en definitiva, el que desató la prohibición de vuelo que afectó a la flota de B-787 durante varios meses. La NTSB considera que esto es responsabilidad de la propia Boeing y de las autoridades de control, la FAA en este caso, por no detectar el error de diseño. La Junta concluyó su informe haciendo 16 recomendaciones respecto de los controles y verificaciones necesarias a la hora de certificar un nuevo modelo.
