Pese a los esfuerzos por bajarle el tomo al informe elaborado por la Auditoría General de la Nación que dirige el radical Leandro Despouy sobre la gestión de Aerolíneas Argentinas y Austral durante 2011 y el primer semestre de 2012, finalmente el trabajo fue aprobado por cinco votos contra uno por lo que trascendieron algunas de sus conclusiones. Por lo pronto el trabajo, reflejado por Clarín, advierte que en estos 18 meses la empresa perdió US$ 984 millones. Comparándolos con empresas similares, los altos gastos de Aerolíneas en relación a sus ingresos se deben principalmente a las remuneraciones y a los costos por combustible. Así los costos en personal fueron 75% más altos que los de otras empresas, y los de combustible 24% mayores. Respecto a la flota el informe sostiene que los modelos de aviones seleccionados no respondieron a un análisis técnico, económico y financiero previo, y que no se realizó una evaluación del impacto en los costos que se generaría con esa decisión, contemplada en el Plan 2010-2014. El trabajo destaca que la única ruta que dio ganancias, y apenas durante el verano, es la que une Buenos Aires con Florianópolis y que si bien hubo mejoras en cabotaje en 2012, en internacional los números empeoraron. El informe destaca también que hay un exceso de personal, algo que hace poco reconoció el propio presidente de la empresa, Mariano Recalde.
