Seis semanas atrás el titular del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), Gustavo Lipovich, convocó al periodismo especializado para exponer sobre las inversiones en obras previstas para este año en distintos aeropuertos argentinos. La inversión total ascendería, dijo, a 1.500 millones de pesos (unos U$S 183 millones a cambio oficial de entonces), de los cuales un 73% aportarían los concesionarios -obligados por contrato- y el resto inversión directa con fondos provenientes de tres fideicomisos derivados del canon que pagan los mismos. Entre las obras, el funcionario anunció la construcción de tres torres de control: en Aeroparque, Córdoba e Iguazú. Nada dijo de una nueva torre para el principal aeropuerto argentino: Ezeiza. Sin embargo la semana pasada se conoció que, con un presupuesto de 400 millones de pesos (unos US$ 50 millones a cambio oficial), el Ministerio del Interior y Transporte habría llamado a licitación para la construcción de un edificio nuevo para la instalación del Centro de Control de Área en Ezeiza. La resolución 667 publicada en el Boletín Oficial especificaba que el proceso licitatorio sería de etapa única y estaría a cargo de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). La obra, que constará de tres plantas, incluye la construcción de una nueva torre de control, con un nivel de visualización de 80 metros de altura y una superficie aproximada total de 7 mil metros cuadrados, así como las vialidades de acceso y el estacionamiento correspondiente. Según la resolución, esas instalaciones resultan necesarias “para superar las actuales limitaciones en la labor del control del tránsito aéreo”.
