(Enviado especial) Mariano Recalde acababa de exponer sobre los avances en su compañía, los nuevos destinos, y la importante programación diseñada para el Mundial de Brasil. Habló entonces de vuelos especiales previstos para llegar, esperar mientras se juega el partido y regresar. Juan Carlos Lopez Mena no habló y Germán Efromovich planteó sus dudas. Pero quien directamente pinchó el globo del Mundial como negocio fabuloso para las aerolíneas fue Enrique Cueto: “El mundo va a ganar con el Mundial, pero las líneas aéreas van a perder”. “El costo que va a tener este evento para la industria no será menor”, dijo, y puso como ejemplo casos anteriores. “Pregúntenle a British Airways cuánto le costaron las últimas Olimpíadas”. Y aportó algunos datos, como que las reservas de los hombres de negocios para esas fechas caen y que las ofertas para dinamizar los vuelos de los brasileños que quieren salir de su ciudad para evitarse el mundial no son muy exitosas. “Los tráficos en esos días se alterarán mucho. Si lo llegamos a hacer bien, a lo más empatamos. Pero si un día no llegáramos a tiempo para un partido, nos van a ahorcar”.
